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miércoles, 24 de septiembre de 2014

Imprescindibles



        Introducción
En esta parte del mundo, donde hacemos imprescindibles cosas que en otros lugares no tendrían ninguna importancia, me he dado cuenta de las grandes carencias que tenemos y de lo poco conscientes que somos de ello casi siempre.
Cientos de objetos que nosotros hemos convertido en cotidianos, nos rodean sin que nadie se haya preocupado por crear unas guías con las instrucciones necesarias para su adecuado manejo. En la gran mayoría de los casos, no es necesaria una gran preparación ni física ni mental para conseguir sacarles el mejor provecho, pero yo soy de las que creen que cuando hacemos algo, es mejor hacerlo bien; sobre todo si lo llevamos a cabo tan a menudo como las actividades de las que van a tratar estas publicaciones. Así, para todos y porque me parece una gran idea, he empezado a dedicar mi tiempo libre a la elaboración de folletos con explicaciones claras para la manipulación de objetos que han pasado a formar parte de nuestra vida diaria.

Fascículo 1
Mi primer manual de instrucciones, nos adentra en el conocimiento de algo que realizamos cualquiera que sea nuestra edad, nuestro sexo, nuestra religión, nuestro nivel económico, nuestra cultura o nuestra raza.
Es incuestionable que por placer o por necesidad, por comodidad o porque no tengamos otras opciones, por nuestro gusto o por el de la persona que está a nuestro lado... Pero el caso es que todos y cada uno de nosotros, con mayor o menor frecuencia y con más estilo o con menos, necesitamos inevitablemente en algún momento de nuestra vida ponernos una camiseta.
Aunque parezca imposible, en la bibliografía que he consultado, no existía ninguna reseña que hablara de como hacerlo. Pero ahora, aquí está:

Paso 1º.- Ante todo, y esto por mucho que quisiéramos sería absolutamente insustituible, necesitamos contar con una camiseta.
Como mi deseo es hacer de este folleto algo simple y al alcance de todos, no voy a entrar en el problema que acarrearía la elección del color, de la talla o del diseño según el resto de la ropa que tengamos puesta, según el tono de nuestros ojos o de nuestro pelo, o según los kilos que nos sobren o que nos falten. Tampoco me quiero parar en las marcas, ya que todos los estudios sobre el tema que he realizado me han confirmado que las camisetas de los grandes modistos, se ponen de una manera idéntica a las camisetas de los mercadillos de cualquier barrio pequeño.

Paso 2º.- Una vez localizada la camiseta que cada uno prefiera, la cogemos con las dos manos intentando que el agujero mayor quede hacia abajo y la parte trasera hacia nosotros. Después solo nos queda, y esto es importante, elevarla por encima de nuestra cabeza. 
En este punto, echo de menos tener diapositivas, fotos o al menos algún dibujo con imágenes aclaratorias, ya que este es sin duda uno de los momentos primordiales del proceso. Tan importante me parece, que pediría a mis lectores que no innovaran en este paso. Intentar meter la camiseta por alguna otra parte de nuestro cuerpo resultaría tremendamente complicado, e incluso, dependiendo de las facultades físicas de la persona que lo probara, hasta bastante peligroso. 

Paso 3º.- Una vez extendida la camiseta sobre nosotros, la bajaremos con cuidado hasta que rodee nuestro cuello. Para ello debemos elegir el orificio más grande de los tres que permanecen libres, hasta asomar con cuidado nuestra cara por él. Esta elección no resulta difícil porque, salvo muy raras excepciones, suele ser el único por el que nos cabe sin apuros la cabeza.

Paso 4º.- Introducir ambas manos por los dos agujeros que aún quedan desocupados . La única dificultad que entraña esta fase está en las distintas longitudes de mangas que nos podemos encontrar. Pero, como ya he dicho que prefiero simplificar estas instrucciones, solamente diré que estiremos los brazos hasta que nuestros dedos asomen por el final de la tela, y la propia intuición nos dirá cuando habremos finalizado el proceso.

Paso 5º.- Colocar bien la camiseta, extendiéndola con las manos hasta acomodarla con toda la gracia que nuestro tiempo y que nuestro cuerpo nos permita.
Es justo aclarar, que este quinto paso es opcional solamente para los más estilosos y para los que quieran conseguir una mayor elegancia. Aunque mi consejo al respecto, una vez documentada, es que normalmente os merecerá la pena.

Espero vuestros comentarios o dudas sobre estas técnicas, así como cualquier idea para los futuras guías del buen uso de los objetos que nos rodean.
Muchas veces no somos conscientes de tantas actividades como hacemos bien a diario, y necesitamos un manual de instrucciones que nos ayude a valorarlo, a respetarnos y a sentirnos orgullosos de todas esas sencillas e importantes metas que conseguimos cada día y de como nuestras pequeñas cosas cotidianas nos hacen importantes.

Fascículo 2 Próximamente en su librería. 




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