Cuentos Con Historias: marzo 2015

miércoles, 11 de marzo de 2015

Siempre hay días en que alguna persona me dice que no canto bien —y a mi eso me alegra mucho— porque significa, que siempre hay días, en que sigo cantando.

La Abeja Y La Hormiga

Sobre un césped frondoso

yo me encontraba un día.

Era un hermoso prado,

reposando tumbado,

me asombró su armonía.

Absorto y reflexivo

yo vi que convivían

arbustos, mariposas.

juncos. pájaros, rosas...

Sus pláticas tenían.

Aves, insectos, plantas

unidos concurrían

en un paisaje hermoso

con marco esplendoroso

lleno de fantasía.

Cantaba la cigarra

igual que siempre, altiva,

junto a una mariposa

descansada y hermosa...

Las dos se divertían.

Especies en la fauna

que vivían al día.

De nada les faltaba,

de todo disfrutaban

y en invierno, morían.

También había abejas

que en las flores cogían

polen para su miel,

sin querer comprender

que hay que gozar la vida.

Pensando en el invierno

se esforzaba la hormiga.

No les falta paciencia,

llenan bien su despensa,

pero falta alegría.

Vive y sé complaciente,

da comida al hambriento.

Si bien comes y bebes

justo es que carga lleves.

Da bebida al sediento.

No seas avariento

ni pases de quimeras.

Hay que estar preparado

y siempre organizado

que habrá más primaveras.

Hemos de estar atentos,

saber que el mundo gira.

Ser algo mariposa,

ser cigarra graciosa,

ser abeja y hormiga.

Francisco Santamaría Bartolomé

De Vez En Cuando La Vida (Serrat)

De vez en cuando la vida nos besa en la boca
y a colores se despliega como un atlas, nos pasea por las calles en volandas, y nos sentimos en buenas manos;
se hace de nuestra medida, toma nuestro paso y saca un conejo de la vieja chistera
y uno es feliz como un niño cuando sale de la escuela.
De vez en cuando la vida toma conmigo café
y está tan bonita que da gusto verla.
Se suelta el pelo y me invita a salir con ella a escena.
De vez en cuando la vida se nos brinda en cueros y nos regala un sueño tan escurridizo que hay que andarlo de puntillas por no romper el hechizo.
De vez en cuando la vida afina con el pincel:
se nos eriza la piel y faltan palabras para nombrar lo que ofrece a los que saben usarla.
De vez en cuando la vida nos gasta una broma y nos despertamos sin saber qué pasa, chupando un palo sentados sobre una calabaza.

Félix Grande