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miércoles, 7 de enero de 2015

Cenando Con Vodka




        Trago deprisa, fumo, bebo vodka y el amante de mi hija me sonríe. Mis hijos menores bailan un vals. Mi primogénito le mete la lengua en la boca a una prostituta agarrándola como si fuera suya. 
        Bebo más vodka, cierro los ojos y agacho la cabeza. Una lágrima se escapa bajo mis pestañas y no entiendo como he podido llegar hasta aquí. Ayer tenía diecinueve años y estaba viva. De repente, tengo sesenta y tres y no sé ni cómo me he muerto. Ya solo me queda beber vodka.
Quizá algún día piense, pero ahora no. Quizá algún día me envuelva de valor para hacer lo que tengo que hacer, para decir algo. Quizá luego me arrepienta y quizá de mi boca salga un: “No es eso lo que quería decir”. Diga lo que diga, luego diré: “Perdón, no es eso lo que quería decir”. Pero ya lo habré dicho, y ni yo ni nadie volveremos a olvidar que estoy aquí. Quizá entonces pueda comprender cómo me he muerto... Pero hoy no.
El amante de mi hija la mira violento. Ella sigue bailando con su hermano. Mi pequeño gira y sonríe a su lado. Él llora siempre, pero ahora no.
Mi hija sabe lo que es el amor. Ella cree que no lo sabe. Pero lo sabe. 
        Mi hijo mayor viene hacia mí. Él siempre grita, ahora no, pero siempre grita. Cuando le miro, daría mi vida por saber lo que siente, por saber lo que hay en su cabeza aparte del opio y de las mujeres. Daría mi vida por saber por qué no ha dedicado ni un segundo a pensar que le quiero.

  
        Las mujeres son putas hasta los cincuenta, luego pasan a ser viejas patéticas como mi madre.
        Me da asco verla borracha de vodka, sentada junto a ese cabrón, sin enterarse de que sólo nos invita a cenar para follarse como quiera a mi hermana. Y mi hermanito llorón sigue bailando con ella. Risas y mas risas como si todo fuera perfecto. ¡Pedazo de maricón! Nunca tendrá huevos para bailar con una tía de verdad.
        Me dan asco las putas; todas, menos las que cobran. Las prostitutas nunca mienten. ¿Cuánto es? Vale. Te las follas y punto. Solo fingen al gritar de placer mientras se las tira algún gilipollas, pero conmigo no. Conmigo no porque yo si soy un hombre, porque alucinan entre mis manos. Porque se mueren de placer cuando me las meto debajo. Las rameras de por aquí tienen suerte, todas tienen suerte. Todas saben que nadie es más fuerte que yo. 
        Seguro que ese imbécil que se cree un amante, no sabe ni metérsela a mi hermana.
        Estoy harto de borrachas, de putas, de maricones y de gilipollas. Quiero irme de aquí. Tengo que buscar mi sitio. Tengo que encontrar un lugar donde las prostitutas vayan mejor vestidas.



        ¿Por qué amo tanto a esa mujer? ¿Por qué no dejo de sentir su calor en mi alma? ¿Por qué la veo bailar con su hermano y quiero ser él? Que me ame como le ama a él. Que me ame de verdad, sin nada a cambio... o con todo a cambio, pero que me ame.
        A veces sueño con lo que no puede ser. A veces sueño que mi amada sueña conmigo, pero yo sé que ella no se lo permite. Ella solo se permite darme sexo. Solo se permite ser mi cortesana. Ella nunca permitirá que nadie piense otra cosa. Ni siquiera su familia, ni siquiera ella, ni siquiera yo. Mi amor ha aprendido muy bien la manera de no amar, de no ser vulnerable, la manera de no soñar. Ella se quita su ropa, pero jamás se desnudará de verdad para mí.
        Su hermano pequeño se ríe como si lo hiciera por primera vez. Danza con ella como si volara libre, y brilla como si fuese feliz. Me ahogo por no poder sentir eso.
        Su hermano mayor quiere dejarnos claro que solo él manda. Nos observa con asco para demostrar que él es el más importante y rechaza todo con esa certeza que solo tienen los que no saben pensar. A su familia no puede mirarla sin huir y entonces, lo único que es capaz de hacer, es refugiarse en las mujeres.
        La madre de ella no está. Fuma y bebe vodka, pero no está. Parece no sentir y parece no pensar. Todos parecen no sentir y todos parecen no pensar. Todos parecemos no sentir. Todos parecemos no pensar.


        Al bailar con mi hermana siento la paz. Solo ella sabe darme serenidad. Solo con ella puedo volar porque solo ella me ayuda a no caerme.
        Mi madre me mira y agacha la cabeza. Mi madre nunca sabe como mirarme. Nunca sabe que hacer conmigo, pero cuando lloro sí. Cuando lloro mi madre lo sabe. Sabe irse en el momento más oportuno y sabe como hacerme sentir tan absolutamente solo como para atreverme a respirar una pequeña bocanada de calma.
        El amante de mi hermana me mira raro, me mira como a un ladrón, me mira con la tristeza que se mira lo inalcanzable, lo que jamás se tendrá. Yo nunca había sentido eso. Nunca antes había sentido envidia en la mirada de nadie.
        Mi hermano no existe. Mi hermano no existe. Mi hermano no existe.
Al menos en este momento... Mi hermano no existe.


        Hoy solo quiero ser la amante que consigue no amar, la hermana mayor que está cansada de guarecer, la hermanita harta de que la desprecien, la hija que al fin puede irse sin volver.
        Hoy solo quiero bailar, mecerme en los brazos de la música y que sea mi hermano pequeño el que me reconforte a mí, el que me sujete, el que me proteja.
        Que mi madre me mire una vez, sin tener que volver la cara, sin tener que tragar saliva para no vomitar. Que a mi madre le importe que yo esté aquí. Que le importe algo.
        Que mi hermano mayor hoy no nos grite. Que hoy no me grite. Que hoy no grite.
        Que mi amante nunca sepa lo que siento. Que nunca vea mi alma alcanzable. A él no le importo. Yo sé que no le importo. Seguro que no le importo. No podemos permitirnos importarnos y así será. Mi amor no me quiere, así que yo no le quiero... Lo nuestro funciona así.


        Todos piensan. Todos sienten. Todos creen saber lo que el otro piensa y lo que el otro siente. Todos creen saber. Todos lo callan. 
        Demasiadas veces... Esto funciona así.



8 comentarios:

  1. Habiendo leído el libro" El amante" y vista la película entiendo este relato, parece que estoy viendo la escena en el restaurante .Aquí vemos ese viaje por el pensamiento de cada uno de sus personajes, la madre, los hermanos, la chica y su amante. Muy bien relatado

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  2. De ahí salió la idea. He intentado crear un relato con cinco historias a partir de una imagen (investigando un poquillo con mi manera de escribir jejej). Espero que cada uno lo interprete a su manera, haya visto o no esa película que a mí me encanta y que recomiendo desde aquí. Gracias siempre Elena.

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    1. Aclaro que la película se llama "El amante". Basada en la novela de Margerite Duras

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  3. La escena de la película defrauda un poco después de leer el relato. ¡¡Magnífico!!

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    1. ¡¡Gracias!! Este relato salió después de ver la escena, pero... ¡¡La imaginación al poder!! Jjaajaja

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. hola teresa,,,me gusta leerte,tus palabras golpean el cerebro,,y me gusta,te mando un abrazo, y confio en verte pronto,,soy Alberto,el amigo de nuestra incombustible paula.

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    2. Alberto ¡¡Gracias!! Me encanta lo que dices. Me alegra leerlo. Un beso grande para nuestra incombustible y para ti.

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