Vacía Tus Maletas . . . Y Vámonos De Viaje
Aquí estoy yo… Con
la mirada clavada en el televisor. Con el culo aplastando el sillón de la
salita. Con mi mano acariciando algo que es todo para mí, pero que solamente me
sirve para cambiar de canales sin sentido.
Aquí estoy yo…
Terminando mi segunda tableta de chocolate con almendras. Untando mantequilla
en mis tostadas frías. Comiéndome las patatas receta campesina de cuatro en
cuatro. Y bebiendo coca cola light para no engordar.
Aquí sigo yo… Pero empiezo
a recordar mi sitio para ver la tele en casa de mis padres. La alfombra verde
donde me sentaba en el suelo porque yo era muy hippy. El sofá con mi madre
tumbada, para apoyar mi espalda y mi silencio. La única cadena posible, y mi
familia cada noche a mi alrededor.
Y aún sigo aquí...
Solo que ahora me acuerdo de los viajes en tren con mis abuelos mientras veo
la serie de intriga de la sexta. Saboreo la tortilla de mi abuela con el anuncio de
antena tres. Escucho el trompeteo del tractor de mi tío al pensar la respuesta
del concurso de la dos. Y aspiro el humo de los cigarros que me fumaba a
escondidas con mis amigas, cada vez que en la tele me recomiendan no hacerlo.
Y, como un chispazo,
de repente no me importa seguir aquí… Porque esta tarde perdida ya no me
parece otra tarde perdida más. Porque esas películas del pasado llenas de
escenas lejanas de distintos colores, hacen magia y empiezan a recorrerme por
dentro y a zarandear mi cuerpo con pasiones, tristezas y alegrías del pasado, acercándolas
a mi presente de una manera increíblemente fantástica.
Y por fin, aquí
vuelvo yo… Dando un salto para poner los
pies en un suelo donde ya no hay una alfombra verde. Levantándome para quitar
de en medio la bolsa de patatas vacía y el papel arrugado del chocolate.
Pensando que tengo ganas de viajar en tren, pero que no tengo ganas de fumar. Y olvidando la nostalgia, porque estoy segura de que mis recuerdos formarán siempre parte de mí, dispuestos
a acompañarme sin pedirme nada a cambio.
Así que allá voy
yo… lista para seguir viviendo, para seguir escribiendo mi historia. Lista para
seguir creando momentos que me dejaré dentro, y que cualquier día y sin avisar,
podrán ser capaces de sacudirme con fuerza cómo me ha pasado hoy. Lista para
seguir fabricando más recuerdos, y lista para intentar que esos recuerdos sean
preciosos para que se conviertan en un gran regalo que podré hacerme a mí, cada
vez que me dé la gana, durante toda mi vida.