Vacía Tus Maletas . . . Y Vámonos De Viaje
Que la vida puede dar una nueva oportunidad son palabras que oímos fácilmente o que encontramos escritas en bastantes lugares. Y yo, que me creo casi todo lo que me dicen, nunca he tenido ningún problema en tenerlo claro, así que todo perfecto... Todo perfecto, hasta que empecé a meter la pata como si lo hiciera casi compulsivamente.
La primera vez que me pasó ya sabía que no iba a tener problemas porque esta frase me la había aprendido yo muy bien. Lo malo fue cuando la volví a meter, y peor con la siguiente equivocación, y con la cuarta, y con la quinta, y con la diecisiete... Así que ahí estaba yo, empezando a plantearme hasta cuando la vida me seguiría dando oportunidades. En mis días de bajón, incluso llegué a pensar que igual había por algún lado un marcador o algo así como un resorte de esos que salta cuando llegamos al cupo que tengamos asignado cada uno para errores, desastres y desaciertos porque, si era así, el mío tenía que estar a puntito de explotar.
Pero ahora, en este momento de mi vida en el que además de creerme casi todo lo que me dicen, también soy una optimista convencida, he llegado a la conclusión de que no tenemos ningún limite en estas cosas de los batacazos, que podemos tropezar las veces que nos dé la gana y después seguir arriesgándonos en el camino que elijamos o en el que nos encontremos de sopetón, porque la vida siempre nos dará una nueva oportunidad... Incluso yo creo que a ella le gusta, que la pongamos patas arriba de vez en cuando.